martes, 29 de septiembre de 2020

Trastornos de la salud mental y el uso de sustancias en la adolescencia

El impacto del consumo, el abuso y la dependencia de sustancias psicoactivas ha ido en incremento en el ámbito mundial, y uno de los grupos más afectados es el de la población de adolescentes, con alto impacto en los ámbitos social, económico y en la salud. La adolescencia se considera como un momento evolutivo caracterizado por profundas transformaciones biológicas, psicológicas y sociales; muchas de ellas, generadoras de crisis, de conflictos y de contradicciones, y con repercusiones esencialmente positivas (Torres, 2010).

Como podemos ver en el caso clinico propuesto, cuando los adolescentes están teniendo dificultades asociados a recuerdos traumáticos con una intensa carga emocional, a menudo recurren al consumo de alcohol o drogas para ayudarlos a manejar los sentimientos dolorosos o difíciles, debido a que los cerebros de los adolescentes todavía se están desarrollando, los resultados de la “drogodependencia” en ellos pueden ser más problemáticos de inmediato (Garcia, et al., 2015).

A corto plazo, el uso de sustancias puede ayudar a aliviar síntomas de salud mental no deseados como desesperanza, ansiedad, irritabilidad y pensamientos negativos. Pero a más largo plazo, los exacerba y, a menudo, termina en abuso o dependencia. En los adolescentes, el uso de sustancias pasa de la experimentación a un trastorno grave mucho más rápido que en adultos, y esa progresión es más probable que ocurra en niños con trastornos de salud mental que en otros niños (Garcia, et al., 2015).

El uso de sustancias también interfiere con el tratamiento de los trastornos de salud mental, y empeora el pronóstico a largo plazo para un adolescente que ya lucha con uno. “La regla general es que casi la mitad de los niños con trastornos de salud mental, si no reciben tratamiento, terminarán teniendo un trastorno por el uso de sustancias”, explica Sarper Taskiran, MD, psiquiatra de niños y adolescentes del Child Mind Institute. Un estudio realizado en el 2016 con 10,000 adolescentes descubrió que dos tercios de los que desarrollaron trastornos por consumo de alcohol o sustancias, habían experimentado al menos un trastorno de salud mental (Miller, s.f.).

Los factores que determinan la salud mental del adolescente en cada momento son múltiples. Y en medidas ocasiones se encuentra en conjunto con el consumo de drogas. Cuantos más sean los factores de riesgo a los que están expuestos los adolescentes, mayores serán los efectos que puedan tener para su salud mental. Algunos factores que pueden contribuir al estrés durante la adolescencia son el deseo de una mayor autonomía, la presión para amoldarse a los compañeros, la exploración de la identidad sexual y un mayor acceso y uso de la tecnología. La influencia de los medios de comunicación y la imposición de normas de género pueden exacerbar la discrepancia entre la realidad que vive el adolescente y sus percepciones o aspiraciones de cara al future (OMS, 2020). 

Por ende se enfatiza la necesidad de intervenciones de carácter interdisciplinario e intersectorial de atención para el usuario, ya que están la persona esta inserto en un ambiente de vulnerabilidad social, por ende  es importante reconocer que el consumo de sustancias puede haber perturbado la vida de la persona, Esto es especialmente cierto para los jóvenes con trastornos de salud mental. “Es posible que no vea la abstinencia, que no vea el deseo, que son los síntomas distintivos de la dependencia”, dice el Dr. Taskiran. “No obstante, el impacto en su vida social y académica, o en términos de su bienestar mental, todavía podría ser grande” (Miller, s.f.).

Podemos concluir, con base en el conocimiento actual, que muchos de los trastornos mentales, emocionales y conductuales de nuestros jóvenes, incluyendo el abuso y la dependencia de sustancias, se pueden prevenir, a traves de una intervencion oprtuna y de un diagnostico temprano para evitar consecuencias a largo plazo, y a la vez debemos propender por la creación de programas basados en la evidencia y aplicando indicadores serios de evaluación, que permitan iniciar el fomento y la prevención para lograr la salud mental de nuestra población. 

Bibliografía: 

  • Garcia, Aparecida, Oliveira, Almeida, Hayasi y Ribeiro. (2015). Uso de drogas, salud mental y problemas relacionados con el crimen y la violencia: estudio transversal. Rev. Latino-Am. Enfermagem;23(6):1173-80. Obtenido de: https://www.scielo.br/pdf/rlae/v23n6/es_0104-1169-rlae-23-06-01173.pdf
  • Torres, Posada, Berbesi. (2010). Factores asociados al abuso y la dependencia de sustancias en adolescentes colombianos, con base en los resultados del WMH-CIDI. Rev. Colomb. Psiquiat., vol. 39. Obtenido de: http://www.scielo.org.co/pdf/rcp/v39s1/v39s1a08.pdf
  • https://childmind.org/article/trastornos-de-la-salud-mental-y-el-uso-de-sustancias-en-la-adolescencia/

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